
-¿Qué balance hace de estos primeros seis
meses de gobierno?
-Están
siendo positivos por los cambios que estamos introduciendo, puesto que queríamos
hacer del Ayuntamiento algo diferente. En primer lugar, somos más cercanos a
los ciudadanos, hemos abierto las puertas y mantenemos contacto con todos los
colectivos. En esta primera etapa, también hemos puesto en marcha algunas
medidas que llevábamos en nuestro programa electoral para que ningún ciudadano
se quede sin un plato de comida y todas las familias puedan pagar los recibos
de luz, agua o gas.
-¿Qué objetivos principales se propone para
el mandato?
-El
empleo es el mayor problema que tenemos. Queremos hacer de
Peñarroya-Pueblonuevo un lugar de oportunidades, así que trabajamos en una
ordenanza de ayuda a emprendedores y autónomos y queremos también ofrecer
nuestro suelo industrial. Si tenemos que llegar a un precio simbólico con la
venta del suelo, lo vamos a hacer. También trabajamos con empresas de economía
social para que Peñarroya forme parte de esta red y se creen cooperativas.
-¿Qué futuro tiene el municipio tras el
cierre de las minas?
-Hay
que definir hacia dónde queremos que vaya la localidad. Tenemos una gran
riqueza patrimonial que recuerda el pasado minero, así que el pilar fundamental
va a ser poner en valor ese legado. También potenciaremos el medio ambiente, ya
que estamos en un entorno único. En este sentido, hay que trabajar con el resto
de municipios vecinos para fomentar el turismo de naturaleza. Y un tercer
sector que vamos a potenciar es el sociosanitario, con la apertura de la
residencia de discapacitados. Las políticas sociales cumplen un doble objetivo,
prestar servicios y generar empleo. Estamos ya trabajando con la Junta de
Andalucía para abrir la residencia.
-¿Puede llegar este desarrollo sin
infraestructuras de comunicación y carreteras adecuadas, como la N-432?
-Es
fundamental que seamos capaces de hacer ver al Gobierno de España lo importante
que es contar con infraestructuras adecuadas, y en este sentido es vital el
desdoblamiento de la N-432 y su conversión en autovía para el desarrollo del
Guadiato. Hace unos años, el Gobierno dijo que cuando finalizara la Autovía del
Mediterráneo, lo siguiente que pondría en marcha sería el desdoble de la
Granada-Badajoz. Así se lo vamos a reclamar al nuevo Gobierno. Al Guadiato ya
le toca, y es fundamental para tener futuro. Hace unos días, hemos aprobado en
el Pleno instar a la Junta de Andalucía a que realice los trámites para que el
gas natural llegue a la localidad. Entendemos que éste es un elemento que
también puede convertirnos en un lugar más atractivo para la inversión. Igual
ocurre con la fibra óptica en los polígonos.
-Habla de infraestructuras y servicios con
los que desde hace años ya cuentan otros municipios. ¿Se sienten en el Valle
del Guadiato ciudadanos de segunda?
-Tenemos
la sensación de que nos cuesta más conseguir algunas cosas. Entendemos que una vez
que ya no existe actividad minera en la localidad, es fundamental que nos
pongamos al mismo nivel que el resto de comarcas, y va a ser fundamental que
todos los municipios de la zona trabajemos de manera conjunta. Lo último que
hemos hecho junto a Fuente Obejuna y Belmez es mantener un encuentro con la
Junta para conseguir que el gobierno autonómico se implique también en el plan
de la minería, del que nos hemos quedado fuera por culpa del Gobierno de
España. Entendemos que la comunidad autónoma también tiene que ser partícipe y
nos tiene que echar una mano para conseguir los fondos Miner que se quedaron
sin ejecutar del segundo plan.
-¿Y confía en que ese dinero llegue
realmente?
-Tenemos
claro que la batalla la vamos a dar. No sé si lo conseguiremos o no, pero sería
de justicia porque los acuerdos están para cumplirlos, independientemente de
quien gobierne. Y cuando hay unos fondos que ya han sido aprobados, lógicamente
eso tiene que mantenerse aunque cambie el Gobierno de España. La batalla la vamos
a dar, y tenemos que convencer a la Junta para que demande ante los tribunales
al Gobierno. En el caso del tercer plan, del que Andalucía queda excluida,
exigimos al subdelegado la necesidad de seguir formando parte, pues hemos
pagado el precio de cerrar las industrias pero no hemos sido capaces de crear
alternativas.
-¿Y hubo algún compromiso por parte del
subdelegado, Juan José Primo Jurado?
-La
única respuesta fue que lo consultaría. Se habló hace algo más de un año de la
posibilidad de que hubiera un proyecto excepcional para cada municipio
excluido, pero claramente no hay voluntad por parte del Gobierno de España.
-Da la impresión de que los fondos que ha
recibido Peñarroya no han servido para mucho, pues los problemas siguen siendo
los mismos que hace años...
-Hay
que diferenciar dos tipos de fondos: para infraestructuras y para proyectos
empresariales. El primer plan no lo aprovechamos convenientemente, pero del segundo
se hizo una buena gestión y se construyó la residencia de discapacitados, que
sigue cerrada. También se dieron pasos para crear suelo industrial. Ahora lo
más importante es que lleguen los fondos para planes empresariales. Ya no
queremos ayudas para infraestructuras, renunciamos, pero necesitamos las ayudas
para empresarios.
-La residencia no es la única
infraestructura que está cerrada en la localidad...
-La
residencia está pendiente de conseguir la concertación de plazas con la Junta.
También está el hotel municipal, que fue abandonado durante cuatro años porque
al PP no le interesaba ese proyecto; ha habido actos vandálicos que hay que
subsanar. Y pendiente está también la rehabilitación del antiguo ambulatorio
como centro cívico. Vamos a intentar abrirlas todas durante este mandato.
-¿Qué planes concretos tiene para la
recuperación del Cerco Industrial?
-Hay
una primera tarea que es aclarar si existe o no contaminación del suelo.
Algunos estudios muestran indicios de que sí, pero hay que determinarlo. En
base a la normativa de suelos contaminados, le corresponde al Ayuntamiento como
propietario afrontar ese informe, pero sería inviable para las arcas
municipales. Trabajamos con la Consejería de Medio Ambiente en un convenio para
compartir los costes al 50%. Mientras que no hagamos eso, no podremos actuar en
esas 60 hectáreas que tenemos en el centro.
-¿En qué situación se encontró el
Ayuntamiento cuando llegó?
-En una
situación complicada. Pesa a que el PP dijo que había dejado las cuentas
saneadas, no contó toda la verdad. Existía una deuda de más de 1,3 millones en
facturas sin pagar, y lo más grave es que había ocho cajas de facturas que ni
siquiera habían sido reconocidas. Ahora estamos haciendo frente a estos casi
dos millones de euros. Una de las actuaciones primeras fue la apertura del
mercado municipal. La luz no se conseguía porque había una deuda con Endesa de
60.000 euros de hace varios años. Tuvimos que ponernos al día. Otro ejemplo es
Fepamic, a quienes no se les pagaba desde el año 2012. También estamos
recuperando la relación con la SGAE, que mantenía dos pleitos con el
Ayuntamiento porque del último mandato no había recibido ni un solo euro.
-Gobiernan con el apoyo de IU, que
recientemnte se han quejado de la falta de entendimiento. ¿Temen una ruptura?
-Llegamos
a un acuerdo de gobernabilidad, que implicaba ejecutar algunas de las
propuestas que IU llevaba en su programa electoral. El equipo de gobierno ha
cumplido fielmente con este acuerdo, que no de gobierno, pues IU decidió
voluntariamente quedarse fuera del equipo. Eso significa que las decisiones del
día a día las toma el PSOE.
-Su nombramiento como cabeza de lista fue
muy polémica, ¿quería ser alcalde? Dio la sensación de que el PSOE lo forzó a
ello.
-Uno de
los mayores honores de un político es convertirse en alcalde de su localidad.
Lo que ocurrió entonces es que algunos no tenían claro cuáles eran los
estatutos del partido. En aquel momento, el PSOE tomó la decisión de que había
que presentar una lista debido a las circunstancias de los últimos años. Hay
quien no aceptó y decidió echarle un pulso al partido. Las listas no las
aprueba la asamblea, sino los comités provinciales, y eso ha pasado en las
últimas cuatro elecciones. Cuando uno no acepta las decisiones, tiene dos
posibilidades: acatarlas o salirse, que es lo que algunos decidieron. No se
puede actuar al libre albedrío. En la lista intentamos sumar todas las
sensibilidades de la agrupación.
-¿Qué relación mantiene ahora con Luisa
Ruiz?
-Una
relación totalmente cordial, como con el resto de grupos de la oposición.
Estamos en un momento en que los cuatro grupos del Pleno tenemos que
entendernos y todos tienen que ser partícipes de las decisiones. Ocurrió con
las ordenanzas, que salieron adelante con unanimidad. Todos somos necesarios.
-Hay un procedimiento judicial abierto por
la etapa en que Luisa Ruiz era alcaldesa por el PSOE. Usted formaba parte
también del equipo de gobierno, ¿no vio nada extraño en su gestión?
-Siempre
lo he dicho: nunca he puesto en duda la gestión de Luisa Ruiz. Tengo claro que
eso fue una maniobra política, y el tiempo pondrá a cada uno en su sitio.
Confío en que la Justicia sea ágil y culmine lo antes posible para que quede
solventado el asunto y no se hable de Peñarroya-Pueblonuevo para estos asuntos.
En todas las instituciones puede haber errores administrativos en un
expediente, pero eso no supone que haya ningún delito. No ocurrió nada raro en
esos años.
-¿Cómo vivió todo aquello desde la Junta?
-Fueron
momentos muy desagradables. La Justicia puede actuar de otra forma. A veces
sería más justo citar a las personas en lugar de montar actuaciones que rozan
el espectáculo. Todo esto daña la política y a las personas que participamos en
la vida pública. Quienes estamos aquí lo hacemos por el bien común, y es
injusto que al final se generalice una opinión negativa.
-¿Qué aprendió de su paso por la Junta de
Andalucía?
-Mucho.
Se obtiene una visión general de las cosas y se conocen todos los rincones de
la provincia. Te abre la mente y te ayuda a ver cómo en otros mnicipios se
solventan situaciones complicadas.
-Llegó a estar imputado por la liquidación
de los consorcios de las Unidades Territoriales de Empleo, Desarrollo Local y
Tecnológico (Utedlt). ¿Cómo vivió aquello?
-Fueron
seis días muy desagradables. Fue todo totalmente inesperado a raíz de una
demanda de un sindicato. En el resto de provincias, la Fiscalía decidió no
actuar, pero en Córdoba sí. Recogí una citación el lunes por la tarde y la
declaración fue el martes. Tuve la oportunidad de dejar claro que no había
participado en la liquidación de las Utedlt. No es plato de buen gusto, aunque
tenía la conciencia totalmente tranquila y sabía que la imputación no iba a
tener recorrido.
-El anterior delegado, Antonio Fernández,
también declaró como imputado. ¿Defiende su gestión?
-No
tuve la oportunidad ni siquiera de conocer las Utedlt. Cuando accedí al puesto
de delegado de Economía y Empleo, que conllevaba la presidencia de todos los
consorcios, ya se había acordado dos meses antes la disolución. Lo que sí está
claro es que las decisiones sobre los consorcios no eran arbitrarias de cada
uno de los presidentes en las provincias, sino que eran coordinadas desde la
propia Consejería. Por tanto, entiendo que nadie debe dudar de que existía un
respaldo jurídico.
-Da la sensación de que todo lo que toca la
Junta se ralentiza. Ahí está el centro de congresos de Córdoba capital, los
consorcios de la madera o la joyería, la autovía del Olivar, el sociosanitario
de Lucena... ¿Cómo se lo explica a un ciudadano?
-La
falta de agilidad es el mayor problema que tiene la administración en este
país, pues a veces los proyectos se eternizan y uno pierde credibilidad ante
los ciudadanos. Tenemos un sistema de autorizaciones que es excesivamente
garantista, porque esto pone en riesgo determinados proyectos. Y quizás no son
las infraestructuras las más afectadas, sino las empresariales. Hay muchas
iniciativas que se quedan en el camino por la enorme burocracia, y esto tiene
que cambiar.
-Acaba de ser nombrado presidente del Grupo
de Desarrollo Rural (GDR) del Alto Guadiato, ¿qué planes tiene?
-Ha quedado claro en los últimos años que cuando este instrumento
funciona bien, es muy positivo para los territorios. He echado en falta que las
iniciativas empresariales cristalizaran en Peñarroya-Pueblonuevo, así que ese
será mi objetivo.
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